Lo que yo te diga

 

Agazapada entre matojos, la yogurtera avanza sigilosamente, casi reptando, inadvertida para los hipsters de manual. Rebusca entre los escombros de la actualidad, plagada de politiqueo y retornos mediáticos de Belenes Estébanes (ni que fuera la única que se rehabilita), rebusca, decía, alguna cosita graciosa, de interés, apañada que ofrecerle a sus fans y fanas mundiales. ¿Que hay un club de lectura? La yogurtera se lee lo que le echen. ¿Que vienen Los Mojinos Escocíos a las fiestas del pueblo? La yogurtera se planta en primera fila y se bebe el agua de los floreros. Por integrarse en dinámicas de grupo, que no quede. ¿Que hay un festival de cine en Sitges? Pues la yogurtera va y se cuela si hace falta en las sesiones para las que ni siquiera ha conseguido entrada (esto, como todo lo demás, también es verídico).  

 

La yogurtera vuelve, no sabemos si mañana o pasado, para decir lo que le salga del toto. Estamos arrancando las baldosas de la cocina para cambiarlas por silestone. Los fogones de la abuela darán paso a una vitrocerámica con más leds que un concierto de Daft Punk (tanta metáfora para dar a entender que nos tenemos que cambiar el micro), y entre toda esta puesta al día, la yogurtera, impertérrita, ha estado esperando con los ojos cerrados pero las orejas bien abiertas, cual abuela que siestea con la tele puesta, el momento ideal para su renacer apoteósico.

 

Tener una yogurtera es lo más grande. Un microondas de mierda lo tiene cualquiera y por muy anticuado que esté nunca tendrá el aire vintage que rezuma una yogurtera por todas sus muescas. Las yogurteras nacen uniendo lo viejo y lo nuevo. Lo clásico y lo moderno. Cortinas de cuadro vichy en un loft de Manhattan. La duquesa de Alba en un concierto de Bjork. Porque nuestra yogurtera, además de voladora, vale lo mismo para un roto que para un descosío.

 

Seguiremos informando.

Excusas…

Cuando Harry (que nos tira lo yankee…) encontró a Sally (inspiración) dormida en el sofá, pensó que no sería mala idea cabrear al gato antes de arrojárselo a la cara. Sally, de mal despertar, reacciona lo mismo ante un ramo de lirios que con el estruendo de una demolición a la hora de despegar los ojos, y un gato sacando las garras está más a mano y resulta más barato.

En el ignorado televisor, Jorge Javier daba paso a reportajes sobre la siega del pepino entre los halagos de sus colaboradores, muy interesados ellos en el mundo de la horticultura. La película de los sábados por la noche había terminado hacía un buen rato y un cuenco medio lleno o medio vacío (allá cada cual con su estado de ánimo) de palomitas mantenía el equilibrio entre el abismo y la mesita auxiliar atestada de pañuelos de papel llenos de los mocos de Sally. A Harry le entraron ganas de cambiar el gato por una anaconda.

-Buenas noches, mi amol.- Dijo Harry.
-Vete al peo.- Dijo Sally.
-¡Pipi, paga la coca!- Gritaron desde el televisor.
-Con lo bien que estaba yo metido en la secadora.- Pensó el gato.
-Me disgusta ello.- Exclamó Harry al romperse el cuenco de las palomitas, modelo Schungüllen, contra el suelo.
-Callaos.- Gritó el vecino.
-Vete al peo tú también.- Gritó Sally haciendo gala de su extenso vocabulario.
-Ect, etc…- Murmura un servidor mientra escribe.

Hasta bien entrado el siglo XIX se consideraba la histeria una enfermedad exclusiva del género femenino. Lo que parece que no se tuvo hasta entonces en consideración fue el tocapelotismo que puede llevar a la histeria a cualquier hijo de vecino independientemente de la pose que adopte a la hora de orinar. Si te toco las narices y protestas, eres una histérica; si me quiero quedar con tus tierras y no me las cedes, te quemamos por bruja; si te vendo un cuadro y me pagas a través de una empresa con sede en un paraíso fiscal, eres baronesa… Todo son excusas.

¿Queréis una infusión? Está muy calen-tita.

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Fumata negra

Con las inminentes elecciones a Papa de Roma, faro de la cristiandad, ando un poco decepcionado. ¿Es que acaso no va a haber campaña electoral? aquí gustamos mucho de tirarnos en cara lo mal que lo hace el prójimo. Que si subiste el IVA, que si congelaste las pensiones… Y los cardenales, ¿no se van a decir el nombre del puerco los unos a los otros? Espero encarecidamente que a los espectadores de Vaticano TV les jodan el programa de Ana Sosa cada veinte minutos para meterles anuncios donde los distintos miembros de las arquidiócesis se dediquen a airear los trapos sucios de la competencia.

Papa papaker face, papa paker face…

Las elecciones a Papa no se rigen por criterios democráticos, los cristianos censados (para eso está el bautizo, digo yo) no votan. En lugar de eso, un centenar de señores con sotana roja (el negro es para diario, en los cónclaves se usa traje de fiesta) recluidos en la capilla sixtina durante un chorro de días deciden quién va a ser el próximo que nos desmonte el pesebre. Las normas establecen que el primer periodo de descanso no llega hasta el quinto día de encierro, momento en el que supongo que los cardenales aprovecharán para darse un aguïlla, no quiero ni imaginarme cómo olerán con tanto traperío.

Ciento veinte cardenales a cal y canto todo el tiempo que haga falta, a un máximo de cuatro votaciones al día, siendo necesaria para la elección una mayoría de dos tercios o absoluta a partir de la trigésima cuarta votación. Echen cuentas.

“Ring, ring”

– Servicio de cátering zeta jones, ¿digame?
– Buenos días, soy el camarlengo.
– Encantada.
– Vamos a necesitar unos cuantos canapés…

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Problemas coronarios

En un rincón de España, acompañada de ex-amantes y ex-mujeres de ex-amantes, la folclórica cocinapollos se revuelca de angustia en su silla mientras consulta su smartphone, moderna que es ella.

– ¿Por qué me lloras, carita de emperadora?

– Pues porque me van a enchironar, mira tú por donde.

A miles de kilómetros de ahí, Juana la Gallina, otrora diseñador de Dior, repudiado por la sociedad y condenado al ostracismo por su amor confeso por el Führer, prepara su vuelta triunfal al mundo del traperío de la mano de Oscar de la Renta gracias a la ayuda inestimable de Anna Wintour. Que viva el azul ceruleo.

Tú a Boston y yo a California reloaded

Más kilómetros de por medio, la ultraprimerísima dama se ha cortado el flequillo coincidiendo con su 49 cumpleaños, la retoma de posesión del cargo de su marido y el playback que se marcó Beyoncé para celebrar la correspondiente fiesta gitana. Volumen en la melena y estilo desenfadado. Muy maja ella.

De vuelta a la patria, el futbolista y la cantanta de engolada voz, evolución natural de lo que antes era el torero y la tonadillera, han tenido un retoño. El nombre que le han puesto ha sido trending topic por pasarse de originales.

–        Cari, chata, cántale una nana al nene, anda, pero en inglés

–        Gnoirondleinglongnggronignierggloneixon…

–        Muy bonito, cari.

 

(dedicado los cuatro gatos que con toda la ilusión del mundo solicitaron, encuesta mediante, que hablásemos del mundo del corazón)

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Navidades por un tubo

Recomponiéndose el moño, las alimañas nocturnas esperan su enésimo Martini con pellejos de uva aún entre los dientes. En otro rincón del mundo, media docena de  emos (seguro que todavía quedan unos cuantos) apartan a patadas las botellas de litrona vacías recuerdo de su fiesta del fin del mundo mientras esperan un apocalipsis zombie. Los mayas, o leggins según las del moño, también los dejaron plantados. Señoras que se gastaron 300 euros en lotería y enloquecen de alegría porque les devuelven 20. Villancicos de Barbara Steisand, la cantanta más judía de todas las cantantas, que fíjate tú por donde tiene 2 discos de canciones navideñas… Un horror todo.

¡¡Que vienen los mayas!!

Parafraseando a la gran Verónica Forqué, la Navidad es para los niños, y a partir de ahí que cada cual se las apañe como pueda. El que no gana tres kilos a base de polvorones se pelea con su cuñada en la cena que organiza su prima, y si encima suena Barbara Streisand para amenizar la velada, apaga y vámonos. Rebajas, regalos, resacas. Los micrófonos. El pesebre. Los micrófonos. Gastroenteritis. Los micrófonos. Anne Igartiburu. Los micrófonos. Y ahora, los tambores…

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En La Comarca…

¡Pom, Pom!

Bilbo – ¿Quién es?

Enanos -¡Los enanos!

Bilbo – Yo no he encargado ningún enano. Debe ser para el ático primera.

Enano 1 -Vives en un unifamiliar, no te hagas el tonto y abre.

(Insertar onomatopeya de puerta mal engrasada abriéndose)

Bilbo -¿Quiénes sois y qué queréis?

Enano 1 (a partir de ahora Mili) – Somos Pili y Mili y venimos a cenar de gorra. Nos acredita un graffiti que te han pintado en la puerta.

Bilbo – Fíjate tú qué bonito, vandalismo y morro.

Enano 2 (a partir de ahora Pili) – Pues vete preparando, porque faltan unos cuantos más.

Bilbo – ¿Excusez-moi?

Pili – Faltan Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón. Y déjanos entrar ya que nos vamos a quedar tiesos.

(Irrumpen en la estancia y le dan los abrigos, los guantes y las chisteras a Bilbo.)

Mili – ¡Qué chalé tan acogedor! Y fíjate, tiene las habitaciones redondas, muy práctico para la Roomba, que no apura bien las esquinas. Perdone mozo, ¿la toilette?

Pili – Perdone mozo, ¿la despensa?

Bilbo – Perdonen los dos, ahí tienen la puerta.

(Llaman a la susodicha.)

Bilbo – ¿Quién es ahora?

Más Enanos – Avón llama a su puerta.

Bilbo – No me lo creo.

Uno de los Más enanos – Traemos una botellita de vino. Nada, un detallito para la cena.

Bilbo – Ah, entonces, vale.

(Misma onomatopeya que la de la línea 6.)

Uno de los Más enanos, llamémosle Luci – ¡Picaste!

Bilbo – ¡Voy a llamar a los mossos!

Otro de los más enanos, llamémosle Pepi -Te hemos arrancado el cable de teléfono y en este pueblo la cobertura está fatal, no nos llegan los wassups.

Bilbo – ¡Esto es un secuestro!

Pepi – Y lo que te espera… en cuanto llegue el tío alto de la pamela, te vaciemos la despensa y te demos la brasa con un par de cancioncitas mientras fregamos los platos, que lo valiente no quita lo cortés, te propondremos un trato que no podrás rechazar.

(Habiendo llegado el tío alto de la pamela, vaciado la despensa y dado la brasa con los platos fregados.)

El Bom – El trato es este: nos vamos a dar un paseíto hasta donde el señor perdió la espardenya, y ahí, tras matar un dragón que nos tiene retenido un capital que perteneció a nuestros anscestros, vamos, como lo que viene a ser el timo de las preferentes, te quedas una catorceava parte de lo recuperado. A todo esto piensa que el estado se queda con un 20% del premio, y que se debe tributar en concepto de IRPF el 27% de los intereses generados…

Nueva promoción de viviendas de obra vista, visiten piso piloto.

La yogurtera voladora capitulo 1.5: E Hobbit

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De-lirios y gatos

Un estudio de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Purdue, que seguro que es muy bonita y tal pero que no sé por dónde cae ni tampoco importa así como este post no tiene nada que ver con lo dicho en nuestro primer y esperadísimo podcast, revela que los lirios son tremendamente tóxicos para los gatos. Lo más curioso del asunto no es el hecho de que un gato pueda morirse de un liriazo, sino que por algún intrigante motivo, estos animales se sienten atraidos por la susodicha flor. ¡¡Qué viaje cósmico se tiene que pegar el gato si, aún yéndole la vida en ello, se obstina en masticar la florecilla!! Me fascina.

El problema está en que, como hasta el momento ningún gato ha conseguido un disco de platino, no hay ningún felis silvestris catus (atención al apaño al que se ha recurrido para no repetir la palabra gato) que se haya merecido un biopic, a.k.a. película de la hora de la siesta, en el que se muestre el descenso al los infiernos y las miserias del alma del felino drogadicto que, en un tiempo pasado que fue mejor, firmaba autógrafos con ojeras tras sus gafas de sol.

¡Enganchaos a la Yogurtera, que ni provoca diarrea ni da alergia! La yogurtera no os arañará las cortinas ni se cagará en vuestros zapatos. La yogurtera es un lirio de suntuosos pétalos, el cielo es azul, ojos verdes…

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Oxidada tú, bonita.

¿Qué es el periodismo? ¿El páncreas tiene alma? ¿Desde cuándo Mariló es rubia?

Cuántas preguntas, cuántas cositas… Aquí no encontrarás respuesta a todo pero te haremos el apaño, que ya es mucho viendo cómo está el panorama. La yogurtera no está oxidada, tiene las resistencias divinamente y empieza a fermentar ideas con la mala leche justa, a ver si obtenemos yogurt de resultas o nos sale una cuajada…

 

 

“…parece que estás enfadada, hija, te veo con tensión.”

Hola Hola Hola, Tú y yo lo sabíamos!!

Yogurteros, hoy tenemos reunión en las oficinas centrales. Se masca la emoción y el chicle de fresa!!

proximamente

epifania auditiva